Punto de Partida
Parece imposible pensar que puede ser honroso el oportunismo; pero ha de serlo para mi cuando he de abordar este trozo de papel. Laureado me siento al punto de inflar mi pecho con ciega confianza de que en él traición no hallaré. Lo que pida me dará: consuelo, amor y calor o frío, odio y zozobra. Desesperación, más que vocación me impulsan a enfrentar lo que deseo rija mis dias. Sorpresa y murmullos de confusión causa a cualquiera la idea de que cumplir el mas anhelado deseo pueda constituir un altercado para el alma; pero así lo es cuando la rutina enajenante señorea nuestros pasos, nuestras maneras, nuestras formas de vivir lo que es necesario rechazar. Es el papel el plano perfecto, es el lugar donde me reconozco, el albañil del ser vencido, es el encuentro con un espíritu sin cuerpo. Es atentar contra una suerte de soberanía maldita que pernocta en lo exógeno del ser. Es el salvataje de un cautivo que habita en mis adentros, atrapado y subyugado por la conciencia de