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Mostrando entradas de mayo, 2014

Anhelo de Virtud

Preciso fue el hombre más puro de la raza al hablar del hombre virtuoso. El supo decirlo y hacerlo con su vida como pocos hombres en la historia.  Es la estela de hombres como él tan escasos cada mañana, ausentes al parir del alba, afluente necesario en este desierto de virtud que nos merodea. Es la virtud una carga tan pesada que cada vez son menos hombres los dispuestos a estibarla en sus adentros. Parece promesa o soborno del mañana la recompensa de embarcarla, pero es, dicha del ayer, del hoy y del porvenir.  Es deber consumado obrar con virtud, es necesidad metafísica del hombre, es sostén del ser, es designio de vida

Breve Revisión Historica sobre el Sistema de Trabajo Actual de la República Dominicana

Hacer una aproximación sobre la historia del derecho laboral en la República Dominicana nos plantea de entrada un dilema que se centra en la fecha o periodo de partida que se toma en cuenta al momento de iniciar dicho abordaje. Nos parece válida aquella que toma como punto de arranque los sistemas normativos y consuetudinarios que preceden a la creación del Estado Dominicano el 6 de Noviembre del 1844 con la sanción y promulgación de nuestra primera Carta Política. Igualmente nos parece acertada aquella que realiza dicho acercamiento a partir del inicio formal e institucional de nuestra vida Republicana. Por utilidad puramente metodológica y por los objetivos del presente trabajo, hemos decidido tomar como punto de partida la segunda opción de las premisas anteriormente referidas. Sin embargo, esto no implica que en determinadas circunstancias especificas, no nos retrotraigamos a situaciones puntuales que se ubican históricamente con anterioridad al punto de partida tomado en cue

Embestir el mañana.

Zigzagueante caminaba en el sentido contrario de la vida. Una apuesta segura era el propósito de aquella pugnaz acción. El porvenir era bruma. Puro humo, agonía gratuita e inevitable.  Parecía una travesía sin concesiones, sin medias tintas. Ser o ser, una negación dialéctica del contraste o de la comparación, como se quiera. Era el parto de la bruma, no el fruto de la realidad. Era posible afrontar el mañana. Había rendijas por donde escurrirse hacia mejores ayeres donde fuese posible imbuirse del espíritu del mejor hombre que fuimos.  El zigzagueo era pura y bella estrategia; virtuosa pericia para evitar las zancadas del derrotado, del humillado, del desconsolado que como hoy, vivió ayer en sí. Ondulado en el andar, pasos firmes pero irregulares, roces precisos, impulsados por buscar lo mejor de sí y sortear los prístinos obstáculos superados que se pensaban imbatibles y nacidos para vencer.  Rico elixir de dignidad y esperanza irradió el ayer, alquimia de un renovado e